Fotografía de Chema Madoz
El primero por las malas palabras, aquellas
que la cambiaron por dentro. El segundo por un silencio despiadado, lleno de
desprecio. El siguiente por la amenaza y los golpes. Uno más por las cicatrices
y el miedo.
Piensan que está loca, que no pudo soportar
la tristeza de perderle. Pero no saben que alguien tuvo que pagar tantos platos
rotos. Al igual que algunos llevan flores a una tumba, ella deja uno nuevo,
cada veinte de enero, en la alcantarilla. Es el secreto de su culpa.
Concha García Ros
¡Qué original, Concha! Me ha gustado mucho. Sobre todo el detalle final de dejar en la alcantarilla un plato cada veinte de enero. Muy bueno
ResponderEliminarUn besazo, guapa