Empezó a pensar en un nuevo teorema, sin
molestarle los cuchicheos de sus compañeros que siempre lo miraban con
extrañeza. Apenas oía sus risas cuando se deslizaban por la hipotenusa. Tras
las nubes se escondía juguetona la hipótesis. Los axiomas correteaban a sus
anchas de un lado a otro del patio, pero
cuando sonó el timbre para volver a clase se alinearon obedientes, y el sol reapareció satisfecho. Otra vez lo
había conseguido.
Concha García Ros
Tu también lo conseguiste Conchi, muy original esa mente...
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, Yashira. Encantada de que te pases por aquí.
EliminarBonito micro Concha y bien resuelto, se nota que yo soy de letras y no conseguí resolverlo y por eso me salí por la tangente, jeje.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Jaja, gracias, Nani. Un besote
EliminarToda una infantil mente prodigiosa, por la suerte de que siempre hay un rarito que además,acierta
ResponderEliminarTodas las mentes infantiles son prodigiosas, con todo un potencial enorme por desarrollar.
ResponderEliminarGracias por la visita. Un besote
Benditos raritos porque sus ideas son las que nos mueven a los demás. Buen micro, Conchi
ResponderEliminarSí, bendita diversidad. Un abrazo, David
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