Quizás mañana él vuelva a esperarla en la estación mirando el reloj a cada rato.
Quizás mañana sienta de nuevo la tibieza de su cuerpo, pegado al de ella, cuando la estreche en un fuerte abrazo. Y vuelva a escuchar su voz pausada que le preguntará qué tal el viaje.
Quizás mañana a nadie le extrañe su cuerpo
rígido y frío, tendido sobre la cama deshecha, con esa extasiada sonrisa
escapando de sus labios.
Concha García Ros
Wow, te has hecho esperar, Concha, pero vuelves con mucha, mucha fuerza. Me ha gustado mucho.Besicos
ResponderEliminarGracias, Izaskun. Espero que este nuevo año nos llene de fuerza para seguir disfrutando y compartiendo relatos entre amigos. Un beso.
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