-Lleva horas durmiendo en su cunita como un ángel
-le oigo decir a mi nueva mamá.
La cuna es
algo incómoda y mis nuevos hermanos son muy ruidosos, incluso más que Rosa.
Desde aquí, esta casa me parece más bonita, mucho más que cuando lo veía todo
tan pequeño y no podía tocar nada, –te lo puedes tragar -repetía la pobre mamá.
Me echará de menos. ¡Quién iba a decir que el conjuro de Rosa funcionaría! Lo
que no me gusta nada es ese enorme muñeco pelirrojo que anda metiendo su nariz
en mi habitación.
Concha García Ros
Qué cosa misteriosa tiene ese apacible dormilón.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Ese apacible dormilón no alcanza a comprender el lío en el que lo ha metido su hermanita. Y el muñeco pelirrojo no sabe la que le espera...
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