domingo, 25 de septiembre de 2016

MARTES Y TRECE


El inspector revisa una vez más los hechos: esta mañana tuvo que pasar bajo la escalera que bloqueaba la entrada del sótano. Siente desasosiego mientras conduce, pero la angustia le domina en la puerta de comisaría, al cruzarse un gato negro. Durante el desayuno, derrama la sal cuando le empuja el nuevo, ¡maldito torpe! En su despacho unas tijeras, abiertas y acusadoras, le apuntan.
Todo se dirige a la misma conclusión. Un disparo certero termina el análisis.

Diez minutos después su ayudante lo encuentra desplomado sobre la mesa, no puede explicarle la broma de la que ha sido objeto.



Concha García Ros

miércoles, 24 de febrero de 2016

ABDUCCIÓN


Desperté sin olfato. No tardé en echar en falta el aroma del café, el olor del pan tostado, la fragancia de mi mujer. La comida no me supo igual, ni el abrazo de mi hijito. Con el tiempo me fui acostumbrando. He olvidado el tufo asfixiante del tráfico en hora punta; me llevo mejor con el Sucio, mi compañero de trabajo; y puedo subir en el ascensor con la vecina del quinto,  amante de la colonia barata. Guardo en secreto esa experiencia alucinante que, a cambio de atrofiarme la nariz, me dio una visión distinta de las cosas.

Concha García Ros
Publicado en la Revista Valencia Escribe, número 14

EQUILIBRISMOS



Soy un acróbata, y de los buenos. Esta noche tengo más público del que esperaba. Me desenvuelvo como pez en el agua, calibro el riesgo a cada paso, alimentándome con la tensión que se escapa de esas caras boquiabiertas. Cada vez camino más seguro por el cable. Todos esperan el número final y no les decepcionaré. Cierro los ojos y salto mientras escucho los gritos de espanto y el sonido de la sirena.
Concha García Ros

domingo, 24 de enero de 2016

IN MEMORIAM


Fotografía de Chema Madoz

El primero por las malas palabras, aquellas que la cambiaron por dentro. El segundo por un silencio despiadado, lleno de desprecio. El siguiente por la amenaza y los golpes. Uno más por las cicatrices y el miedo.

Piensan que está loca, que no pudo soportar la tristeza de perderle. Pero no saben que alguien tuvo que pagar tantos platos rotos. Al igual que algunos llevan flores a una tumba, ella deja uno nuevo, cada veinte de enero, en la alcantarilla. Es el secreto de su culpa. 

Concha García Ros

martes, 5 de enero de 2016

AHORA


Me cuelgo de este segundo, me agarro fuerte, tomo impulso y balanceo. No conozco otro modo. No caer. Justo antes de que acabe salto, me agarro a la liana de un nuevo instante. Eterna, en el momento.

Concha García Ros

AÚLLA



Los muros de tu boca sangran

Me llaman con un silencio sepulcral, con el lenguaje ancestro que no sabe de palabras.

Vibrando en ese compás de espera, de angustia rítmica, que sí, que no.

Descargan en el caudal rojo toda su vida, toda su muerte: cara y cruz.

Noche, aúlla.

Concha García Ros