miércoles, 26 de marzo de 2014

CELOS

Cruzó el pasillo, bajó al sótano y disparó al prisionero. Sintió que  la euforia inmediata de la venganza le rejuvenecía. Ella, que ni siquiera se dignaba a darle los buenos días, que siempre le miraba con reprobación, que ya no quería sus abrazos, con él se deshacía en atenciones. Hasta le llamaba “amorcito”. Pero eso se acabó.

Cuando María volvió de la compra fue a cambiar el agua y el alpiste de la jaula, pero no la encontró por ninguna parte. Cuando él entró en la cocina  le miró con furia, pero ni siquiera eso hizo que le hablase.
Concha García Ros.

CÁRCEL

Cruzó el pasillo, bajó al sótano y disparó al prisionero, luego volvió a la cama. Al despertar un  sudor frío le cubría el cuerpo. Se puso en pie tembloroso y fue hacia el baño. En el espejo contempló su cara ensangrentada y la herida que había dejado la bala al atravesar el cráneo. Al fin se sintió libre.
Concha García Ros.

domingo, 16 de marzo de 2014

NO ME MIRES ASÍ

Nuestros mismos ojos, penetrantes, enigmáticos, envolventes, con ese destello de falsa inocencia.  Creces tan rápido que muy pronto conocerás su poder. Los que me han convertido en lo que soy, la hija del gran hipnotizador, una mujer caprichosa y hastiada de que nadie le rechiste. Todos se doblegan a  mi voluntad. Frustrada por no tener frustraciones. No es culpa mía, son ellos, sus ojos. Los tuyos, los míos. Son más fuertes que yo. Espero que tú los sepas vencer.  No me mires así, por favor.
Concha García Ros

martes, 4 de marzo de 2014

ADICTOS A LO AUTÉNTICO

Tanto visitante inesperado hace que el bar presente hoy un aspecto inusual.  Acodado en la barra, el machote, sin poder  contener las lágrimas, saca un pañuelo con disimulo. Allí, en un rincón,  la chica guapa por fin disfruta de un baile a solas.  La ejecutiva que hoy se ha dejado el pelo suelto,  lleva falda larga y fuma marihuana. Y el aburrido solterón está rodeado de mujeres que no paran de reír sus ocurrencias. Mi elixir funciona, haré una fortuna.  A la primera  siempre invito yo.
Concha García Ros