Siempre ha sido así, no se recuerda de otro
modo. Saltando por el bordillo de la acera mientras contaba hasta tres, siempre
hasta tres. Rezando dos Padrenuestros y un Ave María antes de dormir. Agrupando
los lápices de colores de tres en tres. Rara, que eres una rara, le decían en
el colegio.
Ahora su mundo adulto es otro. Todas las
mañanas su boca busca la comisura derecha de los labios de él, y pone buen
cuidado en darle tres besitos, tres, ni uno más ni uno menos. Y todas las
noches duerme como un tronco después de alcanzar el tercer orgasmo.
Concha García Ros.
Bueno, no solo va a ser molestia en el TOC, a veces hay premio, tres premios. Muy interesante el rebote final.
ResponderEliminarUn saludo
JM
Siempre hay que tratar de ver el lado positivo de las cosas. Un lado divertido en el no tan divertido TOC. Gracias por pasarte. Un saludo
ResponderEliminarUN genial resumen de una forma de vida en DOS párrafos para los que siempre nos ha gustado el TRES
ResponderEliminarJa, ja, muy buena observación. Me alegro de que te guste el micro y el tres. Gran equilibrio. Un beso
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