La lluvia de fuego que lentamente devoraba la
ciudad resbaló por mi rostro, aunque nadie pareció notarlo. Sentí su crepitar
dentro de mi estómago, sus llamas devastando mis entrañas. Todo quedó hastiado
y ennegrecido aquel Agosto en el que se me quemaron las ganas de vivir.
Concha García Ros
Concha, buen micro, aunque veo necesaria la imagen porque si no no se entiende en su totalidad.
ResponderEliminarBesitos
La imagen la utilizo como símil de la devastación interior, pero es cierto que el relato puede tener más de una lectura. Un beso
EliminarEntiendo que es el bosque el que habla, quizás la "parte de devoraba la ciudad resbaló por mi rostro" es difícil de encajar. Es otro estilo a la frase inicial. Abrazos
ResponderEliminarDavid, la voz de mi personaje es la de una mujer destrozada. Tú interpretación me ha gustado mucho, pero en ese caso, tienes razón con esa frase que no encaja del todo. Gracias por tus aportaciones. Besos
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