Sospecho de
él desde hace tiempo. No me fío de sus buenos modales ni de su pelo engominado.
Me repelen sus corbatas de seda y sus trajes caros.
Intuyo que
planea asesinarme. Y nunca le cogerán, nunca encontrarán el cuerpo.
Hoy he
sabido que mi fin está cerca cuando, al mirarme al espejo, el muy cabrón me ha
dedicado una sonrisa almidonada.
Concha García Ros
Concha, el espejo a veces dice mucho de nuesgtro reflejo.
ResponderEliminarBesicos muchos.
Sí, el problema viene cuando no coinciden figura y reflejo. Besicos
EliminarSi quieres compartir tus relatos, pásate por aquí
ResponderEliminarhttp://280ypunto.blogspot.com.es/
un saludo
Uyuyuy! Tiene al enemigo "en casa", menudo peligro.
ResponderEliminarBesotes
Y tanto!!! Gracias por pasarte. Un beso
EliminarUn micro fuerte, y bien reflejado ese suicida en el espejo. Un abrazo
ResponderEliminarEs un suicida peculiar, se va convirtiendo en quien no es, matándose lentamente. Un abrazo
ResponderEliminar