domingo, 4 de enero de 2015

AMANECE


 Nubes de algodón y poliéster envuelven mi delirio

protegiéndolo del rayo dorado,

seguridad ficticia de esta trinchera suave y efímera.


Fortaleza que se derrumba cada día

y que cada noche renace

inventándose tan antigua y nueva 

que merece mi mejor sonrisa desde el espejo.

Concha García Ros


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