miércoles, 29 de enero de 2014

UNA CHICA FRÍA








    Pero esta vez, ella lloró. Lágrimas metálicas que resbalaban por su cara depositándose en un lento goteo sobre los hombros de él. Javier, muy sorprendido,  se excitó aún más cuando escuchó su extraña voz, como un eco cibernético, resonando en las paredes del laboratorio. Puedo sentirte, le dijo, mientras él  se pellizcaba la  pierna para comprobar que estaba despierto.

    Ella acercó sus labios y le regaló un largo y frío beso.  Se oyeron pasos acercándose. Antes de desenchufar delicadamente su batería, no pudo evitar susurrarle al oído: no tengas miedo, será nuestro secreto.
Concha García Ros

3 comentarios:

  1. Una vez más leo cosas que me recuerdan a Blade Runner. Ese amor por una máquina, tan real como la realidad misma, pero una máquina al fin y al cabo, resulta ser una pasión verdadera y creíble... ¡hasts dónde seremos capaces de llegar! Muy buen relato, con un punto de vista muy interesante.
    Un saludo
    JM

    ResponderEliminar
  2. Quién sabe si algún día no será ciencia ficción. La "realidad" siempre nos puede sorprender. Gracias por tus palabras. Un saludo

    ResponderEliminar
  3. La tecnologia avanza que es una barbaridad .Dotarla de sentimientos ....más despacio.
    Sin embargo si que va dirigida a que cada vez nos produzcan más sensaciones diversas

    ResponderEliminar